Sobre la exposición
El lobo feroz me quiso comer, es un ejercicio de recuperación de la memoria colectiva en torno a los movimientos políticos y de guerrilla de los años 70 en México. Una forma de visibilizar cómo las políticas de Estado atraviesan nuestros cuerpos y nuestro imaginario.
La exposición, toma nombre a partir de una pesadilla recurrente que tenía de niña al vivir de cerca la traumática muerte del exguerrillero Napoléon Glockner. Dentro del contexto de la guerra sucia, este sueño, que se repetía obsesivamente, entre otras pesadillas, era de un lobo vestido de policía que me quería comer, al momento de acercar su hocico, yo me despertaba abruptamente con un grito que no lograba salir; es a partir de este sueño que la exposición también nos habla del estrés postraumático, un estrés postraumático que todxs conocemos porque, como sociedad, la violencia nos atraviesa de múltiples maneras.
Bajo la curaduría de Dulce Chacón, la muestra es parte de una investigación realizada con la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte y se centra en el cambio de identidad, el problema de la reapropiación de armas y la educación en torno a la violencia, incluyendo los medios masivos de comunicación. Por medio de referencias a documentos del Archivo General de la Nación, así como obras elaboradas con papel, palos, cerámica, carboncillo, video y objetos encontrados, se plantea a los archivos como entes vivos sujetos a revisión, reconfigurarlos y renombrarlos es un pequeño acto insurrecto que recupera nuestros territorios físicos e imaginarios desde el cuidado.